El actual modelo de desarrollo de las sociedades modernas ha generado tasas de extinción a un ritmo sin precedentes, de hecho, están desapareciendo especies a una velocidad que multiplica entre 100 y 1000 el ritmo natural1. En este proceso desencadenado por la actividad humana se hace imprescindible luchar contra la degradación de la biodiversidad como estrategia hacia la transición de una economía ecológica, desafío ineludible al que tenemos que hacer frente a nivel global.
La pérdida de la biodiversidad es, sin duda, muy costosa para la sociedad, en particular para los sectores que dependen mucho de los servicios ecosistémicos. Muchos agricultores, por ejemplo, dependen de la polinización por los insectos para la obtención de sus cosechas. Se estima que el valor económico de la polinización por insectos asciende en el conjunto de la UE a 15 000 millones EUR al año. En virtud de lo cual, la Unión Europea aprobó su “Estrategia de la Biodiversidad para 2020”, cuyo objetivo principal es detener la pérdida de biodiversidad en la UE en 2020.
La escasa sensibilización social ante el valor ecológico, económico y social de la diversidad biológica ha sido la fuente de inspiración para este proyecto de arte ecosensibilizador el cual, a través de diferentes actividades expositivas, pretende invitar a la reflexión, generar conciencia y ser un punto de encuentro para diálogos divulgativos.